Se trata de un tratamiento médico con luz monocromática que permite eliminar el vello destruyéndolo al ser absorbida por el pigmento del pelo. La luz calienta el folículo piloso desnaturalizándolo y haciendo que vaya desapareciendo progresivamente. Resulta especialmente recomendado en los casos de foliculitis o pelos enquistados.

El método es sencillo:

- Primero se realiza un estudio del paciente para estudiar un tratamiento personalizado en función de las regiones corporales a tratar, y se tendrán en cuenta factores como el color, profundidad y calibre del vello y tono de la piel.

- Se analiza cómo responde la piel tras el contacto con el láser y comprobada la aceptación, se procede a depilar tratando la totalidad de los folículos pilosos con absoluta meticulosidad.

- Tras la 1ª sesión, se debe dejar pasar un periodo de un mes o mes y medio para continuar con el tratamiento, cuando en las zonas se vea un crecimiento del pelo inferior a 1 mm de longitud cuando está en su fase anágena. Los resultados se empiezan a ver a los 10 días aproximadamente tras la sesión y se mantienen. Se aconsejan un promedio de 4-6 sesiones para ver resultados definitivos.

Mientras dure el tratamiento, el paciente deberá seguir unas sencillas pautas de cuidados como no tomar el sol, ni rayos UVA, ni utilizar productos autobronceadores durante unas 3 o 4 semanas tras la sesión de láser; utilizar pantallas solares de protección total; utilizar productos cosméticos suaves y que no irriten las zonas tratadas; y evitar el agua caliente sobre las zonas depiladas durante unos 2 o 3 días tras la sesión.